miércoles, 17 de diciembre de 2008

Terror en la costa

Smaha

El represor Eduardo Smaha Borzuk recientemente liberado obtuvo permiso del Juez Federal Walter Bento para pasar 15 días de vacaciones en Mar del Plata.

El Ruso actuó en el centro clandestino de detención D-2 (en dependencias del Palacio Policial) entre los años 1973 y 1981, está acusado de participar en los asesinatos de Francisco "Paco" Urondo, Héctor Brizuela y Alberto Molina, además del secuestro de Pablo Seydel y Marta Agüero, también estuvo procesado por tormentos seguido de muerte de Miguel Angel Gil, la desaparición de los militantes Jorge Vargas Álvarez, Rosario Aníbal Torres, Juan Domingo Britos, José Antonio Rossi y Alicia Cora Raboy, siendo beneficiado con la impunidad otorgada por la ley de Obediencia Debida. Como miembro del COT (Comando de Operaciones Táctico) era uno de los principales interrogadores del D2. Formaba parte de la patota que efectuaba los secuestros y las sesiones de tortura en ese centro clandestino, según el testimonio de 14 policías, en declaraciones efectuadas en sede judicial.

Fue (o es) Subdirector Técnico de la agencia de Seguridad Privada Aconcagua S.R.L. La empresa fue habilitada el 13 de julio de 1999 según una resolución otorgada por el Registro Provincial de Empresas Privadas de Vigilancia (REPRIV) dependiente del Ministerio de Seguridad, a cargo en ese entonces de Alejandro Cazabán.

Recientemente, el 12 de noviembre, la Cámara Federal de Mendoza (integrada por Alfredo Juan López Cuitiño; Carlos M. Pereyra González; Julio Demetrio Petra Fernández, Luís Francisco Miret, Antonio Alberto Endeiza y Otilio Roque Romano, la mayoría provenientes de la dictadura)  le otorgó el beneficio de la libertad, en base a la doctrina sentada en fallo Díaz Besone, que también inspiró las libertades de otros dos represores Mussere y Fernández. Finalmente el juez Bento se apiadó del estado emocional del genocida y decidió darle permiso para ir a tomar sus merecidas vacaciones en las playas marplatenses.

La Cámara este mismo año, en la causa por los asesinatos de Amadeo Sánchez Andía y de Víctor Romano Rivamar, dictó la falta de mérito (con su correspondiente liberación) a Rodolfo “Willy” Cardello, Luis José Mirotta, Marcelo León,  Carmelo Cirella Paredes, todos integrantes de la Policía Federal; y a quien fuera el jefe de Inteligencia de la fuerza (que estaba prófugo) Ricardo “El Ruso” Aleks, quien tras estas liberaciones finalmente decidió presentarse, con la casi absoluta seguridad de quedar libre.

En virtud de este accionar que beneficia constantemente la situación de los imputados por los crímenes de lesa humanidad, se ha presentado un pedido de juicio político contra los jueces de la Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones, Alfredo Juan López Cuitiño, Carlos Pereyra González y Julio Demetrio Petra Fernández.


escrache en tribunales federales

Este jueves 18 de diciembre nos concentramos en Tribunales Federales para:

  • Repudiar las excarcelaciones de los asesinos de la dictadura
  • Exigir la realización de los juicios orales en Mendoza
  • Pedir el Juicio Político a la Cámara Federal que protege a los genocidas

 

domingo, 14 de diciembre de 2008

EL CULPABLE ES EL JUEZ

Esta carta la escribió un compañero, un familiar de una detenida - desaparecida, la envió a los medios de comunicación de nuestra provincia, esos que están tan sordos y ciegos como el Juez.

Esos medios que ya no nos sacan notas, comunicados, fotografías, entrevistas, con la idea, absurda y brutal de que ellos nos van a hacer desaparecer con su cómplice silencio.

Ahí está Guardiola, empleado del multimedio Clarín, Correa, que obedece órdenes de los Vila, Romanello, y tantos otros como él que tan bien supieron callar durante la dictadura y hoy nos quieren hacer desaparecer en democracia.

Pero la obstinación que nos anima no se calma ni se amaina, no se acobarda por su cobardía. Estamos y estaremos, frente a Tribunales, en la Plaza San Martín, en las calles. Vamos a encontrar la manera de confrontar con su discurso hegemónico y mentiroso, conteste con la mano dura y la mano mafiosa que son una misma cosa.

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Sr. Director

El culpable es el Juez, es culpable de lacerar el dolor de nuestras siempre dolientes almas.

Ya fue partícipe encubierto y cómplice del asesinato y desaparición de tantos argentinos que luchaban por nuestra patria desgarrada.

Lo fue cuando nos negaron sistemáticamente nuestros pedidos de Habeas Corpus, cuando el Juez, y también la Corte, la Iglesia y los militares negaban conocer la verdad.

Ahora está tronchando nuestras últimas esperanzas.

Ahora pasaron más de treinta años, los padres y madres de detenidos desaparecidos ya se cuentan con los dedos de la mano, los hermanos directos o indirectos somos canosos y encorvados hombres y mujeres con la vista perdida, el alma encogida y las manos vacías.

Cuando en todo el país, se llevan a cabo Juicios a genocidas de nuestro pueblo, Mendoza resiste impávida los pedidos de familiares, organismos de derechos humanos, hijos, padres, hermanos de más de trescientos detenidos desaparecidos de la última dictadura militar.

No se tienen intenciones de revelar la verdad, ni siquiera de conocerla.....

El culpable es el Juez, que ante nuestra humilde requisitoria para que nos escuche en nuestras permanentes visitas a los Tribunales Federales da órdenes de no recibir a nadie que no tenga audiencia.

¿Audiencia? Nadie nos pidió audiencia para invadir nuestras casas, matar a nuestros hijos o a nuestros padres en una escalada criminal del estado que el pueblo argentino -y ningún pueblo- merece.

Así fue que el jueves último, 25 de Setiembre, fuimos ese puñado de almas a buscar por enésima vez justicia en los Tribunales Federales de Mendoza.

Allí estaban viejos y jóvenes con tambores y banderas con la secreta esperanza que esos tambores y esas banderas fueran escuchados o leídas por la ciega y sorda justicia.

Ahí nomás una comisión de cuatro personas avanzamos hacia el interior del edificio donde no pasamos de la guardia. Telefónicamente dieron noticia al custodio uniformado que el Dr. Miret no nos recibiría.

Amigos, ¿y la obediencia debida? el uniformado nos permitió pasar al cuarto piso donde un Juez nos recibiría.

Allá luego de una nerviosa espera, apareció un señor que, con mucha ternura nos sacó del cuarto piso de Tribunales y nos llevó hacia el segundo piso, donde se encontraría supuestamente la Jueza Secretaria de la Cámara.

Allí fuimos con nuestras dolientes humanidades y esperamos quietitos el resultado del encuentro entre estas dos personalidades. A poco salió el cariñoso Juez del cuarto piso y nos dijo que la Secretaria de la Cámara, otra Jueza, pronto nos recibiría.....

Entonces, prietos de confianza en que nuestros argumentos harían enrojecer no solo a la Cámara de Mendoza, sino a todas las Cámaras del país y del Universo, contamos los minutos que precedían a tan importante entrevista.

Doña Isabel De Marinis con sus noventa pasados, escudriñaba a través de la hendija de la puerta, esperando ver brillar la luz de la comprensión detrás de ella, yo, más ciego y menos crédulo, estaba allí tieso, encomendando nuestro destino y nuestras esperanzas a quién sabe que misericordia.

De pronto apareció una dama extraordinariamente radiante que con vos monocorde, dijo una sentencia que sacudió mi corazón, mi mente y mi alma: “La Sra. Jueza no va a recibir a nadie que no tenga audiencia...”, “ por orden de no se que Resolución de la Cámara....”

Allí busqué con desesperación los ojos de mi suegra, la madre de Lila De Marinis, ojos que siempre encuentro cuando decaen mis fuerzas....No los encontré,...Salí a la calle, donde la murga rugía, creyendo en su rugir que servía para que sus paladines, estos humildes servidores, hubieran sido escuchados, no solo por un juez, sino por todos los jueces del mundo, quienes presurosamente se abocarían a hacer justicia.

Un hombre había preparado un viejo amplificador y un micrófono para que se expresaran aquellos familiares que manejan mejor el verbo, todos los corazones esperaban la noticia que los hiciera revivir, que puliera el diamante de sus esperanzas...

Fui hasta el micrófono y cuando lo toqué, supe que iba a llorar, supe que estaba quebrada mi alma y eso quiero señor director que Ud. cuente a mis congéneres.

Llamé al Negro Abalos y le dije: diga Ud. amigo que yo no me puedo las piernas, y él dijo; y como en un sueño la murga fue callando sus sones, los aplausos y pedidos por nuestros familiares desaparecidos fueron esfumándose, no hubo discursos, no hubo lectura de tantos manifiestos que antes habíamos preparado y corregido con birome, para que no hubiera errores al leer.

De pronto nos caímos en el abismo de la muerte del alma, y Uds. señores jueces nos empujaron a él.

Hoy pasaron creo que tres días, y esta mañana he resucitado, y por eso Señor director le escribo, para que sepa y haga saber a todos:

El culpable de este crimen es el Juez.

ELBIO VILLAFAÑE

DNI. 8146622 (Mendoza)